Presentación de la rectora

La Memoria de Gestión que se presenta refleja el trabajo desarrollado a lo largo de este año 2020 y sus resultados, a través de la actividad de todo el equipo de gobierno de la Universidad de Granada que he tenido el honor de coordinar. Un trabajo que se somete ahora a la consideración de toda la comunidad universitaria y de la sociedad en general, en aras de la transparencia y dando cumplimiento al mandato estatutario de rendir cuentas anualmente de la gestión realizada.

Un año excepcional por los efectos de la pandemia global de la Covid-19 en nuestra institución. En el mes de marzo esta Rectora firmó una resolución por la que la actividad de nuestra Universidad, con casi 500 años de presencialidad, pasaba a una modalidad no presencial. La declaración del estado de alarma dinamitó el normal desarrollo del curso 2019-2020, y el periodo de confinamiento supuso un sobreesfuerzo intenso y generoso por parte de toda la comunidad universitaria: estudiantes, personal docente e investigador, y personal de administración y servicios. Hubo que reconfigurar miles de asignaturas, las formas de impartición de la docencia y el soporte técnico que debía sostenerla. De forma súbita tuvimos que establecer también las bases para su desarrollo y para la evaluación no presencial. Se habilitaron herramientas y cursos de formación y capacitación dirigidos a adaptar la docencia a la modalidad virtual, amoldando también las guías docentes de las asignaturas. Se pusieron en pie fórmulas de trabajo no presencial en nuestra administración y servicios. Un gran esfuerzo que nos dota ahora de una experiencia fundamental que nos ha permitido adaptarnos a las distintas circunstancias y a la evolución posterior de la pandemia.

Durante los últimos meses se ha hecho un esfuerzo muy importante de planificación en todos los niveles y áreas para garantizar una presencialidad segura en nuestra universidad. Conscientes de la importancia de una adecuada preparación, hemos trabajado conjuntamente con centros y departamentos, con las demás universidades andaluzas y españolas y con las autoridades nacionales y autonómicas para que nuestra actividad se desarrolle en las mejores condiciones de seguridad, prevención y de atención sanitarias. Ya en junio se aprobó el plan de adaptación de las enseñanzas a las exigencias sanitarias de la Covid-19. En julio, y tras un trabajo intenso, nuestras Facultades y Escuelas contaban con sus respectivos planes de contingencia, guías docentes y los necesarios protocolos de actuación en materia de prevención y gestión de incidencias sanitarias ante los distintos escenarios a los que hemos ido adaptando nuestra actividad de acuerdo con las decisiones e instrucciones que las autoridades sanitarias han ido adoptando en cada momento. La pandemia también ha dejado al descubierto algo que sabíamos: que nuestra comunidad es solidaria y tiene un fuerte compromiso social. Pusimos a disposición de las autoridades, y siguen estando ahí, todos nuestros medios personales y materiales. Es el caso de los centenares de miembros de la comunidad universitaria que se organizaron para poner en marcha iniciativas solidarias  de fabricación de equipamiento sanitario, o de los muchos estudiantes que han cooperado como voluntarios en ONGs, residencias y como rastreadores en la atención primaria. También la cultura universitaria ha jugado, como siempre, un papel relevante durante los meses más duros del confinamiento. Mantuvimos nuestra programación cultural convirtiéndola en virtual y la enriquecimos con foros de reflexión y de experiencias Covid.

La respuesta del estudiantado, del profesorado y del personal de administración y servicios fue rápida y eficaz para continuar desarrollando nuestra actividad en un contexto virtual, completamente nuevo para la inmensa mayoría de nosotros. Por supuesto, en un escenario tan amplio y complejo, ha habido excepciones, fallos y errores en la gestión, pero en conjunto, nuestra Universidad superó el desafío de concluir el curso en las mejores condiciones posibles y empezar uno nuevo en condiciones de gran incertidumbre. El esfuerzo y el compromiso de la comunidad universitaria para su adaptación a los distintos escenarios previstos han sido y son notables y queremos, una vez más, agradecerlo públicamente.

Nuestra prioridad en la gestión, también en este contexto tan excepcional, han sido y siguen siendo las personas. Somos conscientes de la difícil situación social y económica a la que se enfrentan muchas familias y de las graves consecuencias laborales, económicas y sociales que la pandemia está produciendo. Como institución pública, es nuestro compromiso y nuestra prioridad, luchar contra las desigualdades y garantizar la igualdad de oportunidades. Prestamos especial atención a aquellas personas o colectivos de la comunidad universitaria directamente afectados por la pandemia, y especialmente el estudiantado, con un objetivo definido: nadie puede verse discriminado por la falta de medios o recursos para poder seguir el curso académico, cualesquiera que sean las contingencias que vayan surgiendo durante el año. Por eso, y conscientes de que las necesidades son cada vez mayores, hemos trabajado en anular brechas de todo tipo, digital, habitacional, alimenticia, etc. Para ello hemos ampliado becas propias, hemos adquirido material informático, hemos mantenido operativos -con las restricciones sanitarias y de aforo- nuestros servicios de atención estudiantil, residencias, comedores y bibliotecas, y todo con el objetivo fundamental de que nadie quede atrás por esas dificultades.

En el sector del personal docente e investigador, hemos continuado, a pesar de las dificultades, con la decidida apuesta de este equipo de gobierno por la promoción y estabilización del profesorado, se ha redoblado el esfuerzo por hacer frente a las necesidades perentorias de contratación de las forma más ágil posible y, al mismo tiempo se ha incrementado la oferta de empleo publico (se han contratado 120 nuevos profesores ayudantes doctores) para conseguir un objetivo fundamental como es el rejuvenecimiento de la plantilla.

La política del personal de administración y servicios ha venido también marcada por la pandemia. En todo caso, las medidas adoptadas se han encaminado a garantizar en todo momento el desarrollo de las actividades compatibilizando la prestación de los servicios con la salud y seguridad de los trabajadores así como la experimentación y organización de fórmulas de trabajo no presencial cuando lo ha exigido la evolución de la pandemia. Con todo, este año ha sido fundamental para la finalización del proceso de funcionarización de la plantilla y para lograr unos acuerdos con los representantes de los trabajadores sobre promoción y carrera profesional con el nuevo baremo y otros acuerdos sobre comisiones de servicio. Pero siendo muy importantes estas medidas en cuanto a la promoción y carrera profesional, es de destacar nuestra apuesta decidida por la creación de empleo. Conscientes de que la crisis provocada por la Covid-19 no es solo sanitaria, sino también económica y social, la Universidad de Granada ha decidido concentrar la mayor parte de las plazas aprobadas en las Ofertas de Empleo Público de años anteriores y parte del 2020 en una publicación masiva de convocatorias de plazas. Actualmente están en proceso un total de 110 nuevas plazas de empleo neto, en los distintos sectores y especialidades. 

La experiencia de la pandemia ha puesto también de manifiesto la necesidad de acelerar la transformación digital de nuestra Universidad, especialmente en la necesaria introducción de nuevas metodologías e instrumentos docentes y nuevas capacidades para la gestión, pero también en todo aquello que nos permita nuevos modos de organización del trabajo, nuevos modelos de atención y de prestación de servicios. El Centro de Servicios Informáticos y de Redes de Comunicaciones (CSIRC), el Centro de Producción de Recursos para la Universidad Digital (CEPRUD),  y todos los responsables y  miembros del equipo de la Delegación de la Rectora para la Universidad Digital se han convertido en los cimientos tecnológicos que debían sostener y garantizar la actividad académica y de gestión de la universidad en modalidad no presencial. Se han tenido que llevar a cabo numerosas actuaciones no previstas para dar respuesta a la demanda generada, bajo criterios de seguridad, eficacia y sostenibilidad, que no sólo han acelerado la transformación digital de la institución, sino que han impulsado un cambio en la cultura digital de nuestra universidad sin precedentes.

La máxima prioridad en la gestión interna de la crisis del coronavirus ha sido el compromiso con la salud y la prevención. Nuestro reconocimiento a la labor ingente que viene llevando a cabo el Servicio de Salud y Prevención de Riesgos Laborales, en cuanto preparación de documentos específicos, instrucciones técnicas y elaboración de informes sobre la adecuación de los Planes de Actuación de los centros, los procedimientos de limpieza y desinfección y, de manera muy especial, sobre las condiciones de trabajo de personal vulnerable a la Covid-19. Como ejemplar ha sido la tarea de coordinación con las autoridades sanitarias, tras la constitución de la Comisión mixta de la Delegación Provincial de Salud y la Universidad de Granada, estableciendo estrategias sanitarias conjuntas.

Asimismo, hay que destacar la colaboración estrecha con las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, tanto para la gestión de la evolución de la situación sanitaria en el desarrollo de la actividad académica como en los proyectos y acciones llevadas a cabo en estos dos campus de la Universidad de Granada, que como todos sabemos son tan importantes y estratégicos para nosotros.

Sin embargo, una institución como la nuestra ha tenido que seguir trabajando en el desarrollo de su misión y funciones principales, en paralelo y más allá de la pandemia.

En este sentido, y como marco general de la actuación del equipo de gobierno, al inicio del año se presentó ante el Consejo de Gobierno el Plan Director 2020 donde se fijan los objetivos y las acciones previstas para este año enmarcadas en grandes líneas y ejes estratégicos. El Plan Director UGR 2020 supone un compromiso y apuesta de la Universidad por una gestión responsable y transparente, dando un paso más allá en el esquema tradicional de rendición de cuentas ante la comunidad universitaria y la sociedad de los resultados de la acción de gobierno mediante un esquema mixto que no solo recoge la explicación y el detalle de las acciones llevadas a cabo por las distintas unidades y servicios, sino también una valoración cuantitativa del grado de cumplimiento obtenido en cada una de las acciones planificadas. Este ejercicio de rendición de cuentas ha supuesto un cambio importante en la gestión de la institución y ha sido si cabe aún más complejo de implementar dado que las actuales circunstancias de pandemia han roto la dinámica normal del curso y han obligado a las distintas unidades y servicios a replantearse o tener que paralizar muchos de los objetivos y acciones inicialmente previstas, al tiempo que han tenido que plantear nuevas acciones para dar respuesta a los problemas sobrevenidos durante la crisis sanitaria. El Informe de seguimiento, que se incorpora como importante novedad en la primera parte de esta Memoria de gestión, pone de manifiesto que el porcentaje global de cumplimiento del Plan Director 2020 se sitúa en unos valores más que aceptables de un 62,69%, es decir, algo más de las tres quintas partes de todas las acciones planificadas se han cumplido. Lógicamente, hay objetivos y acciones que se han visto mucho más afectadas por esta crisis que otras, pero en general consideramos que dadas las circunstancias tan excepcionales de este año es un porcentaje de logro bastante satisfactorio.

Este ejercicio de reflexión estratégica ha servido de experiencia para culminar en los próximos meses un objetivo aun más ambicioso que tiene que ver con el el proceso de elaboración del Plan Estratégico de la Universidad de Granada de cara al horizonte del 2031 que ya hemos iniciado en este año, y que sin duda redundará en la mejora de nuestros modelos de gestión y gobernanza. En ello ya hemos avanzado también durante este periodo con la puesta en marcha de proyectos estratégicos de reestructuración y de simplificación administrativa como vía de mejora de la calidad de nuestros servicios.

Por otro lado, durante este curso hemos consolidado nuestra oferta de grado y posgrado velando por el aseguramiento de la calidad y de la acreditación de nuestros títulos para componer una oferta formativa atractiva capaz de atraer a los mejores estudiantes y dotarlos del mejor entorno posible para su vida universitaria. 

Asimismo, las nuevas iniciativas para la captación y retención de talento y las nuevas estructuras de investigación y transferencia han continuado nuestro camino de excelencia como constata nuestra posición privilegiada en los distintos rankings nacionales e internacionales, además de poner en marcha grandes proyectos relacionados con el acelerador de partículas IFMI-DONES o, entre otros, proyectos internacionales estratégicos sobre sostenibilidad de Sierra Nevada o sobre inteligencia artificial.

Es evidente que la pandemia ha tenido un fuerte impacto en la internacionalización, en particular ha sido un año muy complicado para la realización y para la gestión de la movilidad internacional de todos los colectivos, especialmente sentida en una universidad como la nuestra que es líder europeo en este ámbito. Por este motivo, los esfuerzos se han dirigido de forma prioritaria a atender al estudiantado y personal saliente y entrante de los múltiples programas vigentes, garantizando su seguridad sanitaria, la atención y asesoramiento práctico necesarios en una situación de riesgo personal y colectiva. No obstante, la estrategia de internacionalización ha seguido adelante y, en particular, la puesta en marcha y su coordinación del consorcio ARQUS de universidades europeas ha sido un desafío para nuestra Universidad a la par que refuerza el liderazgo de nuestra institución en esta iniciativa pionera de cooperación y modernización de las instituciones de educación superior europeas.

Todo lo anterior tiene lugar en el seno de una estrategia general en la que imperan los principios de responsabilidad, igualdad, solidaridad e inclusión, con un fuerte compromiso por la salud y la sostenibilidad, con la cultura y la conservación del patrimonio, y con una apuesta por la prestación de servicios a través de medios propios. En línea con esta filosofía de responsabilidad social, este equipo de gobierno ha apostado por el fortalecimiento de los canales de conexión con los agentes internos y externos, que permitan el ofrecimiento de información actualizada y precisa de toda la actividad desarrollada por los diferentes integrantes de la comunidad universitaria en todos sus ámbitos de trabajo.

Quiero, como Rectora, agradecer el esfuerzo de todo el equipo de gobierno y el de todos los equipos de dirección de nuestras Facultades y Escuelas, Departamentos, Institutos y Centros de Investigación, responsables de unidades y servicios, para hacer frente a los desafíos de un año tan intenso y difícil en la gestión universitaria. Recientemente he vuelto a visitar a todas y cada una de las Facultades y Escuelas de nuestra Universidad, y hemos mantenido múltiples videoconferencias informativas con los responsables de los Centros y Departamentos, representantes de los trabajadores y de la Delegación General de Estudiantes, y en ese contacto directo tan necesario para una Rectora y para su equipo, encontré siempre comprensión, apoyo y crítica constructiva para nuestra acción de gobierno. Ese aliento de la comunidad universitaria es la energía que necesitamos para seguir adelante en este proyecto ilusionante de transformación y mejora. En este sentido, toca abrazar la difícil situación de este año 2020 como un reto en el que vamos a seguir trabajando haciendo de la crisis sanitaria una oportunidad para la Universidad de Granada.

Los logros y avances de una Universidad, no lo son de un equipo de gobierno, sino del esfuerzo y vocación universitaria de la institución en su conjunto. Aunque se recojan en la Memoria de Gestión que hoy presento como Rectora, todas estas actuaciones y líneas de cambio son fruto del quehacer cotidiano y comprometido de toda la comunidad universitaria a la que queremos expresar nuestro más sincero y profundo agradecimiento.

Pilar Aranda Ramírez

Rectora de la Universidad de Granada

Diciembre de 2020